Te di la vida entera – Zoé Valdés

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Esta novela finalista del Premio Planeta 1996, cuenta la historia de Cuca Martínez, cuyo nombre alude directamente al del país Cuca/Cuba y refleja la mirada personalísima de Zoé Valdés sobre la Cuba de la segunda mitad del siglo XX. 




La historia comienza con la llegada de la protagonista, Cuca Martínez, a La Habana. Cuca trabaja en la casa de su madrina como criada y comparte la habitación con la Mechunga y la Puchunga que se convertirán en sus mejores amigas de por vida. La mirada femenina de Cuba y sobre todo el amor a la tierra y a las costumbres llegan de la mano de estos y otros personajes femeninos que no dejan de acercarnos la soledad interna y se sitúan en el centro de la obra como eje contrario al mundo realista lleno de los trastornos revolucionarios y del valor de lucha que sin embargo no quedan fuera de la temática.
A los dieciséis años Cuca, conoce a Juan Pérez en un cabaret y después de ocho años vuelve a verlo en el mismo lugar y se hace su novia. Sin embargo, en el año de la Revolución, Juan abandona a Cuca embarazada para marcharse a Nueva York.
Cuca tiene una hija: María Regla, que encarna la típica representante de la generación revolucionaria. Crece llena de odio hacia su padre autoexiliado a quien considera traidor y no entiende la vida de su madre. Finalmente Juan Pérez regresa a Cuba, después de conocerlo, María Regla reflexiona sobre su propia vida y empieza a entender a su madre.
zoevaldezComo casi todas las novelas de Zoé Valdés, la trama es solo una excusa para mostrarnos, desde un discurso muchas veces disgresivo, sus opiniones y sus nostalgias sobre una ciudad hoy por hoy, lejana para ella en el espacio, ya que, opositora al régimen de Fidel Castro, desde 1997 adquirió la ciudadanía española y vive lejos de la isla.
Recordemos entre otras: Todo para una sombra su primer libro de poemas, Los misterios de la Habana, La ficción de Fidel.
Desde una narradora-protagonista su mirada arremete muchas veces contra Fidel con un discurso bastante trillado entre los disidentes cubanos, acusándolo del principal responsable de las carencias domésticas, entre otras tantas:

A Talla Super Extra le andan diciendo "la cebolla": por su culpa las mujeres cubanas lloran en las cocinas. Se darán cuenta de que unas veces Talla es Extra, y otra es Super Extra Larga; depende del volumen, del peso, de las medidas, con que él asuma las responsabilidades o acontecimientos del momento. Para seguir en mi rutina, y entrar en talla, entallar la comida, que es lo que tengo que resolver ahora mismo, ya, y no la baba política. ¿Qué cocinaré, Virgencita?

Su postura personal, que no abandona en ningún momento, la sitúa desde una mirada poco objetiva sobre la Cuba Revolucionaria pero quizás nos introduce de lleno no tanto en las alabanzas que el pueblo cubano en general pueda contar del régimen, sino en esa otra mirada, que desde afuera, es una campana más que vale la pena oír no para tomar partido sino para acercarnos a cómo ha sido o cómo es vivir en un régimen como el castrista.




El libro en general tiene un tono de balada que por momentos empalaga pero produce esa sensación de chatura, por sobre todas las cosas, en referencia a la vida después de la Revolución, que con una naturalidad digna de esas tierras y haciendo gala de un total dominio del lenguaje por momentos soez y al que suma regionalismos de su tierra, Zoé Valdés ha escrito una magnífica novela sobre el deseo, la esperanza y la desilusión.

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